DOMINGO,
día 11
1 Reyes 17, 10-16
“... Elías se puso en camino hacia Sarepta, y, al llegar a la
puerta de la ciudad, encontró allí una viuda que recogía leña. La llamó y le
dijo: Por favor, tráeme un poco de agua en un jarro para que beba. Mientras iba
a buscarlo, le gritó: Por favor, tráeme también en la mano un trozo de pan.
Respondió ella: Te juro por el Señor tu Dios, que no tengo ni pan... Respondió
Elías: No temas. Anda, prepáralo como has dicho, pero primero hazme a mi un
panecillo y tráemelo; para ti y para tu hijo lo harás después... Ella se fue,
hizo lo que había dicho Elías y comieron él, ella y su hijo. Ni la orza de
harina se vació, ni la alcuza de aceite se agotó: como lo había dicho el Señor por
medio de Elías…”
CLAVES para la LECTURA
- La mano del Dios
de Israel obra también en tierra pagana y guía a Elías hacia una localidad
costera del Líbano, donde tendrá asegurado el alimento. El prodigio que realiza
es el signo que da autenticidad a su misión. No es, por tanto, Jezabel y sus
falsos dioses, sino una viuda inerme quien puede dar testimonio de la
intervención de Yahvé en favor de los que en él confían. Y, puesto que se trata
de una extranjera, el episodio abre una perspectiva universalista que tomará
cuerpo con el Nuevo Testamento: la viuda de Sarepta se convierte en el tipo de
los paganos llamados a la mesa del Reino.
- El sentido del
episodio podemos tomarlo de la cita del mismo por Jesús en la sinagoga de
Nazaret (Lc 4, 24-26): el profeta a quien no escuchan los suyos tiene más
crédito en tierras paganas. Por otra parte, podemos establecer una comparación
entre la viuda de Sarepta y la del evangelio (Mc 12, 41-44; Lc 21, 1-4), para
subrayar su gran generosidad. Pero no sólo esto: la viuda se contrapone
asimismo a Jezabel, cuya insaciable avidez condena el autor sagrado (1 Re 21,
lss).
- Pero, el contexto
de este relato es la batalla al baalismo y, además, en su propio terreno. Baal
era considerado el dios de la lluvia y, consiguientemente, el abogado de la
fertilidad y de las buenas cosechas. Aquí se atribuyen a Yahvé los mismos
títulos y actividades que el pueblo idólatra aplicaba a Baal. Toda esta
pedagogía entraba dentro de un esfuerzo titánico por salvar del naufragio la fe
yahvista.
CLAVES para la VIDA
-
El autor sagrado nos sigue refiriendo esa “historia” que sigue siendo una
historia cargada de presencia divina y que se manifiesta, incluso de forma
prodigiosa, para salvar a su profeta. Y es que Elías, para quien “Yahvé
es mi Dios”, ser presencia salvadora de Dios en medio de su pueblo, es
el quehacer y compromiso máximo. De ahí que el mismo Dios cuide de su profeta,
aunque para ello tenga que servirse de una mujer, “viuda y extranjera”: el
colmo de la situación.
- Y
es que en esta sencilla mujer y en el profeta se entreven valores que se irán
convirtiendo en nucleares para la fe más auténtica. El profeta en contra de
toda apariencia, se fía de la
Palabra de Dios; la viuda obedece la palabra del profeta y se
produce el prodigio, “no faltará harina
en la tinaja ni aceite en la orza...” (v. 14). Asimismo, se
destaca la generosidad de la viuda. Y como respuesta a todo ello, la
providencia del mismo Dios a favor de sus siervos fieles.
-
Se me siguen ofreciendo rasgos y elementos de una enorme validez para nuestras
vidas; inmensas enseñanzas que están indicándonos el camino hacia lo mejor:
Dios no se dejará ganar en generosidad si nuestro estilo de acción es como el
de la mujer del relato, capaz de correr la aventura de dar hasta lo último que
posee. En estos tiempos... ¡cuán difícil recorrer este camino! ¿Qué tal te
sientes de ánimo, hermano/a?
Hebreos 9, 24-28
“... Cristo ha entrado no en un
santuario construido por hombres…Tampoco se ofrece a sí mismo muchas veces,
como el sumo sacerdote que entraba en el santuario todos los años y ofrecía
sangre ajena… Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de
todos. La segunda vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado para salvar
definitivamente a los que lo esperan...”
CLAVES para la LECTURA
-
En continuidad con las precedentes afirmaciones sobre la “novedad” traída por
Cristo a la historia, el autor de la carta a los Hebreos considera ahora un
ulterior aspecto de la doctrina cristiana, refiriéndose siempre a la ley antigua.
Así como el sumo sacerdote entraba, en nombre de todo el pueblo, en relación
directa con Dios mediante los sacrificios de víctimas animales, le presentaba
las ofrendas y llevaba a la asamblea la bendición divina en señal de
reconciliación, así también Cristo es mediador entre Dios y la humanidad.
-
Sin embargo, la continuidad termina aquí y comienza la novedad. En efecto,
Jesús es al mismo tiempo sacerdote y víctima. Él -puro de toda mancha de
pecado- se entrega en su pasión a Dios por los pecadores; no ofrece una sangre
ajena, sino la suya propia. De la perfección del sacrificio deriva su unicidad
y la unicidad de la alianza que, mediante Él, se establece.
-
Con su muerte en la cruz, Jesús consuma su actividad sacerdotal; con su
ascensión entra no en el “Santo de los santos”, no en un templo construido por
mano de hombres, sino en el mismo cielo, y allí permanece como Cordero erguido
ante Dios para interceder en favor de nosotros (Ap 5, 6). Ahora le ha sido
arrebatada toda la fuerza al pecado y se nos ha abierto a cada uno el “camino nuevo” (Heb 10, 20) para volver al
Padre.
CLAVES para la VIDA
- Se
nos sigue ofreciendo la reflexión del autor de la carta a los Hebreos donde se
muestra la superioridad del sacerdocio de Cristo, el “mediador
de la nueva alianza” (v. 15), como lo proclama, una vez más. Y
para ello, argumenta en las mismas acciones que ejercía el sumo sacerdote, que
entraba una vez al año en el “santísimo” para ofrecer sacrificios por sí mismo
y por el pueblo. No así en Cristo, que lo realiza una vez para siempre,
entregándose a sí mismo.
- Y
aquí radica no sólo la diferencia con todo lo anterior, sino también las
ventajas de la nueva realidad. Y es que Cristo se ha convertido en el gran
Mediador para todos nosotros, un mediador siempre dispuesto a interceder por
nosotros. Ésta es la buena noticia, que debe de impregnar nuestra historia de
cada día.
- De ahí, la significación que pueda tener
la celebración de la
Eucaristía en la vida de los creyentes: “cada
vez que coméis este pan y bebéis esta copa anunciáis ...” (1 Cor
11, 26). Y es que, de esta manera, recuperamos toda la fuerza del “haced esto en memoria mía”: es aceptar todo su sentido y renovar
su mediación para con la humanidad. ¿Será así como la vivimos, o... nos
“pueden” otras cosas, como la rutina, la superficialidad, la tibieza?..
Evangelio: Marcos 12, 38-44
“... Estando Jesús sentado enfrente del cepillo del templo,
observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad;
se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a sus discípulos, les
dijo: Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el cepillo más que nadie.
Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad,
ha echado todo lo que tenía para vivir...”
CLAVES para LECTURA
- El pasaje
evangélico de hoy está compuesto por dos cuadros contrapuestos: por una parte,
el comportamiento de los maestros de la
Ley ; por otra, el comportamiento de una viuda pobre. Los dos
cuadros representan la falsa y la verdadera religiosidad.
- «Tened cuidado con los maestros de la Ley » (v. 38):
vanidad, ostentación, una práctica religiosa contaminada por la avidez y por la
hipocresía, éstas son las tres deformaciones de los maestros de la Ley contra las que Jesús quiere ponernos en guardia. La expresión «tened cuidado con» pone de relieve la
gravedad particular del peligro en el que pueden caer los discípulos. Marcos
(en 8, 15) usa la misma expresión para poner en guardia contra la levadura de
los fariseos y de Herodes, y en 13, 15 para
poner en guardia contra los falsos profetas.
- «Sentado frente al lugar de las ofrendas» (v.
41): en el atrio del templo, al que también podían acceder las mujeres, estaban
alineadas las cestas en las que se echaban las monedas. Probablemente, los
oferentes declaraban en voz alta al sacerdote que estaba de servicio la entidad
del don y la finalidad para la que lo ofrecían. De este modo, el gesto se hacía
público y se prestaba a la vanidad.
- «Jesús llamó entonces a sus discípulos» (v.
43): hay muchos ricos que hacen opíparas ofrendas, y hay una viuda pobre que
ofrece sólo dos monedas de escaso valor, todo lo que posee. Jesús se da cuenta
y llama la atención de los discípulos con unas palabras que el evangelio
reserva para las enseñanzas más importantes: «Os aseguro
que». Jesús ha encontrado un gesto auténtico y quiere que sus
discípulos lo aprendan. Lo que ha sorprendido a Jesús no es sólo la falta de
ostentación, sino sobre todo la totalidad del don: esa mujer no ha dado lo
superfluo -es decir, lo que le sobra después de haber asegurado su vida dentro
de unos amplios márgenes de seguridad-, sino «todo lo
que tenía para vivir» (v. 44).
CLAVES para la VIDA
-
Este Maestro, de las situaciones más triviales de la vida, es capaz de sacar
las lecciones más interesantes y llenas de contenido. Y ante el deseo de los
“primeros puestos”, de la ostentación de los Maestros de la Ley , Jesús advierte la enorme
gravedad que conlleva esa forma de actuación, ese estilo de práctica
contaminada. Esa religiosidad está falseada en su misma raíz y no vale más que
para engañarse uno mismo, y acaso a los demás, pero no a Dios.
- Y
tomando buena cuenta del “estilo” de la viuda, este Maestro llama a sus
discípulos y les plantea claramente la actitud válida: la que parte desde el
corazón y no tiene ni siquiera en cuenta su propia situación: “todo lo que tenía para vivir” (v. 44). Todo
ello sin ninguna ostentación; sólo llevado por el amor, callado y profundo de
la pura gratuidad. ¡Es el núcleo del Evangelio!
-
¡Ahí es nada para el que lo quiera aprender y vivir! ¡Cuántas lecciones se me
siguen ofreciendo y de forma continuada! ¿Estaré dispuesto/a a aprender, a
hacerlas mías? No dejarme llevar ni vivir el estilo de los “maestros de la Ley ”; aprender de la pobre y
sencilla viuda; hacer mías las propuestas de Jesús... ¡Toda una TAREA!..
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