DOMINGO, día 9 de Marzo I- Domingo de Cuaresma
Génesis 2, 7-9; 3, 1-7
“...
El Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz un
aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo... El Señor Dios hizo
brotar del suelo toda clase de árboles... La mujer tomó del fruto, comió y
ofreció a su marido, el cual comió. Entonces se les abrieron los ojos a los dos
y se dieron cuenta de que estaban desnudos...”
CLAVES para
la LECTURA
- El plan de Dios y el
problema del mal constituyen, en síntesis, los temas propuestos por la liturgia
en este fragmento. De la tierra ('adamah), de la materia, Dios plasma al hombre
('adam), pero insufla en él su misma respiración; lo rodea de bien y de belleza
(v. 9), le coloca en un ambiente preparado con esmero y le confía una tarea,
una misión (v. 15); le da amplia libertad para determinar y transformar la
realidad que le rodea mediante el trabajo y la autoridad personal (vv. 9s).
- Pero el hombre no debe
establecer su norma del bien y el mal: esta norma la impone Dios; no debe
conocer por experiencia el mal, so pena de llevarle a la ruina (vv. 16s). “Conocimiento”
es para los semitas un hecho de experiencia más, antes que algo intelectual o
moral. Dios da, pues, su mandamiento para la vida y la felicidad. Al hombre se
le propone la elección de una libre obediencia, reconociendo la relación
particular que el Creador le ofrece de vivir con él.
- Allí está el árbol, en
medio del jardín, guardado únicamente por la advertencia de Dios. En este punto
se insinúa la presencia del mal: el texto bíblico nos dice que el mal no es
primariamente una opción errónea, sino más bien una entidad creatural que
induce a esa opción astutamente. El término para indicar la serpiente significa
también “adivinación”, dejando entrever los cultos idolátricos, en los que el
símbolo de la serpiente tenía mucho que ver y que no dejaban de atraer a
Israel. En efecto, la serpiente trata de que parezca una mentira el mandato de
Dios por una especie de falso oráculo (vv. 4s). La narración de la transgresión
es una obra maestra de psicología, una secuencia de sensaciones perfectamente
estudiadas (v. 6) en un deseo creciente; pero el éxito del pecado consiste en
comprobar la propia desnudez -es decir, nuestra fragilidad, el estar inermes,
derrotados-, que lleva a avergonzarse de sí mismo y a no poder soportar la
mirada de Dios.
CLAVES para la VIDA
- El autor sagrado, con mano maestra y como
profundo conocedor de la sicología humana, nos ofrece su visión de la vida y de
la historia. Y descubre dos aspectos importantes: por un lado, que el proyecto
original fue de bien, de bondad, de relación amistosa entre Dios y la criatura.
El segundo aspecto es que la libertad del hombre le lleva a una opción errónea
(del tipo que fuere) y ahí algo se “rompe” en esa estrecha relación con Dios. Así
es la “explicación” del autor sagrado respecto de la existencia del mal en la
vida de la criatura.
- Desde la primera página de la historia se nos
presenta cómo el proyecto de Dios es BUENO, de relación y de armonía; si bien,
“algo” ha roto esa situación y el “conocimiento” se torna ruptura y división.
Pero, a través de los tiempos y vericuetos de la historia, Dios mantendrá su
deseo de BONDAD para con el hombre y nace la Historia de la salvación. Es, según
el autor sagrado, la gran lección que es necesario sacar y mantener. La vida y
la felicidad es la propuesta de Dios; el hombre elegirá el camino a seguir.
- Así iniciamos el camino de la Historia de la
salvación. ¡Lástima que tantas veces nos “perdamos” en lecturas pobres o
interesadas para no llegar a las conclusiones adecuadas! Aquí se nos ofrece la
experiencia más original, la de la bondad, la del proyecto de vida y felicidad
de Dios. Pero... ¡hay cosas que nos cuesta demasiado entenderlas y aceptarlas!
¡Cuántas lecturas literales de este pasaje nos han llevado a conclusiones sin
salida...! El inicio de la Cuaresma me (nos) invita a volver a “lo original”,
al sentido auténtico y al mensaje, aunque sea abandonando tantas adherencias y
añadidos. Hermano/a... ¡ojalá descu-bramos las “raíces” válidas de nuestra fe!
Romanos 5,
12-19
“... Lo mismo que por un
solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y la muerte
se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron... Por tanto, si el pecado de uno trajo la
condena a todos, también la justicia de uno traerá la salvación y la vida... Si
creció el pecado, más desbordante fue la gracia...”
CLAVES para
la LECTURA
- La página que estamos
leyendo es un texto clásico de la teología sobre el pecado original. Tras haber
afirmado que todos, judíos y griegos, son culpables e inexcusables, Pablo
recuerda el acontecimiento original que, a su modo de ver, determina y
justifica esta universal fragilidad, esta debilidad común, esta pobreza radical
de toda persona frente a Dios y a las exigencias de su voluntad.
- Con el pecado -razona
Pablo- también ha entrado en el mundo la muerte: la muerte total (v. 12). Y así
como cada persona humana se reconoce débil frente a la muerte física, tampoco
puede dejar de reconocerse impotente frente a la muerte total. También aquí
saca a la luz el apóstol una doble solidaridad que une a toda la humanidad: la
solidaridad en el mal, que amenaza con dejar reinar la muerte en el mundo, y la
solidaridad en el bien, que está garantizada por la presencia de Jesús (vv.
17ss).
- Existe una clave de
lectura muy sencilla y muy eficaz para esta página paulina: consiste en la
contraposición entre la figura de Adán, a causa del cual «entró el pecado en el
mundo» (v. 12), y la persona de Jesús, merced al cual ha llegado a nosotros la
gracia de Dios. Este concepto, desarrollado siempre en una tensión
histórico-salvífica, se repite más veces en estas pocas líneas (vv. 15b. l7ss).
De este modo, Pablo nos ayuda a volver, con un estupor siempre mayor y con un
deseo de comprender siempre creciente, sobre el gran aconteci-miento de la
muerte y la resurrección de Jesús, que ha cambiado el rostro a la historia de
toda la humanidad, que ha renovado el corazón de todo hombre, hijo de Adán, que
ha hecho reinar definitivamente en el mundo la gracia de Dios.
CLAVES
para la VIDA
- El pecado “entró en el mundo”: ésta es una
constatación, y a Pablo le lleva a establecer la célebre comparación entre
Adán, el primer hombre, y Jesús, el nuevo y definitivo Adán. El poder del mal
se extiende a toda la humanidad, pero ahora ha sucedido algo mucho más
importante todavía: “gracias a Jesucristo vivirán y reinarán todos los que han recibido un derroche de gracia y el don
de la salvación” (v. 17c). La vida de Dios, pues, es comunicada por un hombre a
toda la humanidad.
- Por lo tanto, si hay solidaridad en el mal y que
amenaza a toda la humanidad, también hay una solidaridad en el bien y está
garantizada por la presencia de Jesús y es que por su mediación llega a
nosotros la vida, la gracia de Dios; esto es, se hace realidad -y en plenitud-
la promesa de la salvación. Éste es el núcleo de toda la verdad de la historia
de la salvación.
- No puedo perder la confianza, porque aunque en mi
historia exista el pecado y la debilidad, en esta misma historia sobreabunda la
gracia y el amor de Dios. Por muchos fracasos que tengamos que contar, son más
los signos de que Dios nos ama. La solidaridad que Dios nos ofrece en su Hijo
no tiene límites. Aceptarlo y volverlo a aceptar, y así cada día de mi vida, es
un estilo de vivir y de ser creyente; es la gran invitación de este texto; es
una NECESIDAD. ¡También para ti, hermano/a!
Evangelio: Mateo 4,
1-11
“...
Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.
El tentador le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan
en panes... Si eres Hijo de Dios, tírate abajo... Jesús le dijo: No tentarás al
Señor, tu Dios... Todo esto te daré, si te postras y me adoras... Vete,
Satanás, al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto...”
CLAVES
para la LECTURA
- Jesús, proclamado por el
Padre Hijo de sus complacencias, inmediatamente después del bautismo es
conducido al desierto “por el Espíritu” para ser “tentado por el diablo”: por
consiguiente, esta prueba es querida por Dios. Jesús, que vino para recapitular
toda la humanidad dando al Padre esa total adhesión que debía haber ofrecido
Israel, es sometido a las mismas tentaciones del pueblo del Éxodo, como indican
las citas del Deuteronomio con las que responde a Satanás (Dt 8, 3; 6, 16; 6,
13). Pero donde Israel falló, Jesús vence.
- La insidia diabólica
comienza presentando a Jesús las esperanzas mesiánicas y pidiéndole que
demuestre si es verdad que, como había afirmado la voz del cielo, es Hijo de
Dios. A la propuesta de un mesianismo que satisfaga con facilidad las
necesidades materiales del hombre, Jesús responde contraponiendo al alimento
material el alimento espiritual de la Palabra vivificante de Dios (vv. 3s). A
la imagen de una misión milagrera y espectacular que le propone el diablo,
Jesús opone una sumisión incondicional a los designios de Dios (vv. 5-7). A la
tentación del éxito sigue finalmente la del dominio -convertirse en señor de la
tierra, ceder a la idolatría del poder-, pero el camino mesiánico que Cristo
intuyó en el desierto es muy distinto. Con la autoridad que le viene de su
dedicación plena a Dios, él, el perfecto adorador del Padre, expulsa al demonio
(vv. 8-11).
- Mateo nos presenta a Jesús
no sólo como el verdadero Israel, sino también como el nuevo Moisés, al citar
el ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, y la mención del “monte altísimo”
desde donde el diablo le muestra todos los reinos de la tierra, aludiendo a Dt
34, 1-4. Estos cuarenta días en el desierto preparan a Jesús para que asuma la
guía del nuevo pueblo de Dios, a quien ofrece la Ley nueva.
CLAVES para la VIDA
- Hasta este punto llega la encarnación del Hijo
amado del Padre: experimentando en su propia carne la duda y la tentación. Así
nos lo muestra el texto evangélico de este día. Tomar el camino más fácil; ir a
su “aire”, al margen del proyecto y del querer de Dios-Padre, “deslumbrando a
las masas” con actos espectaculares... fueron las pruebas que sintió, según el
entender del evangelista y de forma viva e intensa, este Jesús a quien nos
aprestamos a seguirle.
- Y al “si te postras y me adoras...” (v. 9), sigue
la sentencia del Hijo amado: “al Señor, tu Dios, adorarás y a él sólo le darás
culto” (10): aquí está la clave de la vida del Hijo; por eso es “el amado”,
porque ha hecho de Dios-Padre y de su designio el centro, el único centro de su
vida. Y aquí se superan todas las pruebas y tentaciones. Cuando Jesús apuesta
radicalmente por el proyecto de Dios, entonces TODO se hace NUEVO y DEFINITIVO:
todo queda iluminado desde esa opción, que en él es la definitiva y la que
marca toda su vida. ¡Casi nada!
- Me encuentro, pues, con algo, con mucho más que
un “relato para niños”, como algunos pueden calificar este texto evangélico. Aquí
se me ofrecen las claves de la vida de Jesús, sus opciones, y, ésas,
definitivas: dedicará su vida entera a lo que el Padre decida; él es su hijo y
servidor; todo lo demás queda en segundo plano. Y ésta es su ESCUELA, de la que
yo (nosotros) formo parte, porque he tenido la suerte (o la “tentación”) de
encontrarle. Pero la “lección” de hoy también es complicada. La síntesis es
sencilla: “Lo primero es lo primero; lo
segundo siempre es después”: es el resumen de Jesús, el Hijo amado.
Hermano/a, ¿qué sientes y como te encuentras?
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