MIÉRCOLES,
día 16
Hechos de los Apóstoles 17, 15. 22 – 18, 1
“... Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo: Atenienses, veo que
sois casi nimios en lo que toca a religión... me encontré un altar con esta
inscripción: al Dios desconocido. Pues eso que veneráis sin conocerlo, os lo
anuncio yo: el Dios que hizo el mundo y lo que contiene. Él es Señor de cielo y
tierra y no habita en templos construidos por hombres...”
CLAVES
para la LECTURA
- Se
trata del famoso discurso en el Areópago (probablemente el consejo de la
ciudad) de Atenas. Es el primer encuentro no tanto con el
paganismo, que ya había tenido lugar en otras partes, sino con la cultura
pagana, con los representantes de la élite cultural del tiempo: estoicos y epicúreos. Estamos ante un
discurso bien preparado, hábil; un ejemplo de inculturación que, sin embargo,
no quita ni un ápice a la originalidad del mensaje cristiano. A pesar de que
Pablo usa elementos de la cultura de los oyentes, citando incluso a poetas
griegos, del mismo modo que citaba las Escrituras cuando se dirigía a los
judíos, no hace un discurso de filósofo, sino de profeta. Anuncia a un hombre
resucitado de entre los muertos, que permite vencer la ignorancia en la que
cayeron durante siglos naciones enteras, es decir, la idolatría.
- Pablo se alinea con los
más grandes filósofos y poetas que habían criticado la idolatría, pero dice lo
que no podían decir ni los filósofos ni los poetas: es posible llegar a la
verdad a través de un hombre, acreditado por Dios con la resurrección de los
muertos; un hombre que será también el juez final, esto es, el criterio del
bien y del mal. Frente a un anuncio tan poco «racional», el auditorio, como siempre,
se divide. Muchos se van con la sonrisa en los labios, otros se adhieren al
anuncio.
- Se ha discutido mucho si el discurso, es decir, el
intento de inculturación, fue un éxito o un fracaso. Del
mismo modo que se ha discutido si, después de este intento, cambió Pablo sus
modalidades de anuncio. Sin embargo, parece que la intención de Lucas ha sido
ofrecer el ejemplo de un modo de presentación del kerygma a los paganos
cultos. Los resultados son los esperados, dado que la Palabra de Dios divide los
corazones y las mentes. Con todo, hasta en la brillante y, en conjunto,
superficial Atenas nace una comunidad cristiana: eso es lo importante para
Lucas. Hay que recurrir a todas las modalidades de anuncio para predicar a
Cristo.
CLAVES
para la VIDA
- El lugar donde se produce
esta catequesis es todo un símbolo, puesto que se produce en el centro del
pensamiento filosófico y religioso de Atenas. Pablo, haciéndose “griego con los griegos”, se adapta a su
manera de pensar, a su lenguaje y a su cultura, para presentarles el mensaje
nuclear, el Kerigma de la fe cristiana. De nuevo, el autor de Hechos destaca la
capacidad de adaptación del apóstol, quien sabe “llegar” a sus oyentes, sin
renunciar -al mismo tiempo- a presentar el mensaje.
- La confesión “en él vivimos, nos movemos y existimos” es,
sin duda alguna, un resumen hermoso que el evangelizador Pablo ofrece a sus
oyentes y a nosotros, que hoy acogemos ese mensaje. Ya que así lo siente él:
toda nuestra existencia, todo nuestro caminar está orientado e iluminado desde
Cristo Jesús, el enviado por Dios mismo para ofrecernos la plenitud.
- ¡Inmensa lección de
inculturación la que nos ofrece el apóstol, su sensibilidad para con sus
oyentes y su capacidad de adaptación! Y... ¡cuánto necesita, hoy, nuestra
Iglesia, de evangelizadores y profetas con esa capacidad de sintonizar y
conectar con nuestra cultura, con nuestro mundo! Y eso, simplemente para no
caer en errores pasados. Y tú... ¿qué tal? ¿Cómo es tu capacidad de
“sintonizar” con tu entorno, con el mundo?
Evangelio: Juan 16, 12-15
“... Muchas
cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora: cuando
venga él, el Espíritu de la
Verdad , os guiará hasta la verdad plena... Él me glorificará
porque recibirá de mí lo que os irá comunicando...”
CLAVES
para la LECTURA
- El texto incluye la quinta promesa de la misión del
Espíritu, maestro y guía hacia la plenitud de la verdad. Tras una introducción al tema (v. 12), el fragmento, de valor teológico,
se desarrolla en tres pasajes paralelos, que concluye cada uno con la misma
fórmula («Os lo revelará»: vv. 13. 14. 15) y con una progresión
temática doctrinal sobre las tres personas divinas: el Espíritu, Cristo, el
Padre.
- Jesús querría revelar a los suyos muchas otras cosas,
mas por ahora no pueden entenderlas. Antes tendrán que
recibir el Espíritu. El Paráclito será la ayuda de los discípulos y les
introducirá en «la verdad completa» (v. 13), esto es, inaugurará un período
nuevo del conocimiento de la
Palabra de Jesús. Su instrucción se desarrollará en lo íntimo
del corazón de cada discípulo, y con ella conocerán los secretos de la verdad
de Cristo y le podrán hacer entrar en ellos. La tarea del Espíritu será
semejante a la de Jesús, aunque dirigida al pasado y al futuro.
- Del mismo modo
que el Hijo, en su vida terrena, no hizo nada sin el consenso y la unidad del
Padre, así el Espíritu, en el tiempo de la Iglesia pospascual, actuará en perfecta
dependencia de Jesús y «dirá únicamente lo
que ha oído» (v. 13c).
Guiará en la comprensión interior de la Palabra de Jesús; más aún:
de Jesús mismo, «y os anunciará las cosas venideras» (v. 13d), es decir, os hará ver la
realidad de Dios y de los hombres como el Padre y el Hijo la ven; os hará
conocer, de modo verdadero, los acontecimientos del mundo y de la historia
desde la perspectiva de la novedad iniciada por la muerte y la resurrección de
Cristo, siempre nueva y creativa interiormente.
CLAVES
para la VIDA
- El Espíritu, además de
defensor y abogado, va a ser también MAESTRO. A Jesús, en vida, sus
seguidores no le captaron bien lo que les decía, qué clase de mesianismo era el
suyo, por qué entraba en su camino redentor la muerte y la resurrección, qué
significaba la Eucaristía
que prometía,... Cristo es la verdad y la verdad plena. Pero, sólo desde el don
del Espíritu será posible captar todo ese mensaje y su contenido: “Os iluminará para que podáis entender la verdad completa”
(v. 13). Aquí nos encontramos.
- De hecho, no tenemos más
que mirar la maduración que supuso la
Pascua y Pentecostés para Pedro y los suyos. Y no sólo en
su fortaleza de ánimo y en su decisión, sino también en la comprensión de la
persona y el mensaje de Jesús. El libro de los Hechos que estamos meditando en
estos días de Pascua es una buena muestra y ejemplo de este cambio que el
Espíritu provoca en los seguidores de Jesús. Y es que ese Espíritu “recibirá de mí”, de Jesús, quien a su vez
está unido al Padre.
- Nos encontramos en este
tiempo de renovación que es la
Pascua y el Espíritu de Jesús aletea en las realidades más
diversas, y, en ocasiones, hasta conflictivas. Él sigue trabajando,
también en mí, en nosotros, si le dejamos actuar. ¿Cómo voy viviendo mi proceso
Pascual, el Encuentro con el Señor Jesús? ¿Su Espíritu me está trabajando y
estoy yo, me siento, disponible para su acción transformadora? O... ¿estoy
atolondrado?
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