SÁBADO,
día 19
Hechos de los Apóstoles 18, 23-28
“... Pasado
algún tiempo en Antioquía, emprendió Pablo otro viaje y recorrió Galacia y
Frigia animando a los discípulos. Llegó a Éfeso un judío llamado Apolo, natural
de Alejandría, hombre elocuente y muy versado en la Escritura.. .”
CLAVES
para la LECTURA
- Pablo empieza a viajar de nuevo desde Antioquía, que
se ha convertido en el punto de partida y de referencia para la misión a los
paganos, como lo era Jerusalén para los judíos cristianos. Sin embargo, la atención se dirige ahora a Éfeso, otra ciudad importante,
donde se habían detenido Priscila y Aquila (nótese la precedencia otorgada a la
mujer). Y aquí, en ausencia de Pablo, conocen a Apolo, un notable predicador,
teólogo y misionero, que enseña exactamente lo que se refería a Jesús, aunque
de manera incompleta, dado que sólo conocía el bautismo de Juan.
- Frente a estas afirmaciones debemos confesar que
conocemos bastante poco sobre la situación de las comunidades primitivas, sobre
los circuitos de comunicación de la fe, sobre la geografía de la difusión,
sobre las corrientes de pensamiento o sobre los grupos ligados a los distintos
personajes. Apolo, que viene de Egipto, a donde ya ha
llegado la Buena Noticia ,
¿ha sido convertido por los discípulos de Juan que conocieron a Jesús? La vida
de las primeras Iglesias debió de ser muy viva, y lo que se presenta en los
Hechos de los Apóstoles es sólo una pequeña parte, una muestra, de la gran
empresa de la evangelización, aunque una parte autorizada -ciertamente- por
estar centrada en las dos columnas que son Pedro y Pablo; con todo, debe andar
muy lejos de proporcionar un cuadro completo de la situación. Al mismo tiempo
que tenían lugar los acontecimientos narrados en los Hechos de los Apóstoles,
un gran número de misioneros, aptos y entusiastas como Apolo, recorrían el
mundo.
- También es digna de destacar la tarea de los laicos,
que se permiten «corregir» a muchas personalidades, proporcionando una
contribución de no poca monta al arraigo del nuevo «camino del Señor» en
Grecia, gracias a la cultura y a la dialéctica de un Apolo «puesto al día». Toda la Iglesia
participa en la empresa de la evangelización, cada uno con sus límites, aunque
con el apoyo y la aportación fraterna de todos. Es verdaderamente maravillosa
esta Iglesia fraterna, que parece tener en la cima de sus preocupaciones la
difusión del Evangelio en todos los ámbitos.
CLAVES
para la VIDA
- La vitalidad de aquella joven Iglesia llama la
atención y de qué manera. Todos sus miembros son
Agentes vivos en la tarea de la evangelización, de la difusión del Evangelio,
en cada rincón y situación de la vida. Esta inmensa tarea está animada por la
presencia de Pablo y por la fuerza de una vida fraterna que empuja a la acción.
- Pero no es sólo el apóstol el Agente de esta acción
evangelizadora. Un laico, Apolo, se convierte en el artífice de
ese anuncio, en un lugar tan significativo como Éfeso. Y es que el monopolio de
la verdad no está encerrado en condicionantes como la edad, sexo o si pertenece
o no al clero. Saber reconocer la presencia y los signos del Espíritu en otras
personas y en la Comunidad
misma, es otra tarea viva que nos enseña aquella Primera Comunidad.
- Estas páginas de la historia viva de la Primera Comunidad
nos interrogan a los creyentes de hoy y a todos los Agentes de evangelización. Vivir con una mentalidad abierta a otras posibilidades y Agentes para
dicha tarea evangélica, hoy -más que nunca- es una necesidad y un reto; y no
siempre es una realidad en nuestras estructuras eclesiales y comunitarias.
¿Cuál es, hermano/a, tu actitud HABITUAL ante la posibilidad de acoger nuevos
Agentes y nuevas formas de evangelización? ¿Te esfuerzas en “aprovechar” esa fuerza
del Espíritu?
Evangelio: Juan 16, 23b-28
“... Yo os aseguro: Si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo
dará... pedid y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa... Aquel día
pediréis en mi nombre... Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el
mundo y me voy al Padre...”
CLAVES
para la LECTURA
- El fragmento subraya el tema de la oración. La nueva era predicha por el Señor a los suyos consistirá en la
comprensión de la relación recíproca que existe entre el Padre y el Hijo y en
la manifestación de Jesús con el don de la oración eficaz, porque él es el
único camino para la oración dirigida a Dios. Los discípulos no estaban
acostumbrados a orar en el nombre de Jesús (v. 24). Ahora, sin embargo, por
medio del Espíritu Santo enviado por el Padre, se ha inaugurado un tiempo nuevo
en el que se pueden dirigir al Padre en el nombre de Jesús, porque su Señor, en
virtud de su paso al Padre, se ha convertido en el verdadero mediador entre
Dios y el hombre.
- En consecuencia, Jesús, prosiguiendo el diálogo con
sus discípulos, realiza una constatación sobre el pasado y, a continuación,
proyecta una mirada sobre el futuro. Por lo que se
refiere al pasado, que abarca toda su vida terrena, afirma que se ha servido de
palabras y de imágenes que encerraban un significado profundo que ellos nos
comprendían con frecuencia. Por lo que se refiere al futuro, desde el
acontecimiento de la pascua en adelante, sus palabras dejarán de tener velos y
llegarán al fondo de sus corazones (v. 25). En efecto, con la venida del
Espíritu después de la pascua se inicia la nueva era en la que Jesús hablará
abiertamente y todos podrán comprender la verdad sobre el Padre y lo que él
pretende hacer conocer a los hombres.
- En la oración es donde los discípulos conocerán la íntima
relación que existe entre Jesús y el Padre, y la de éstos con ellos. A continuación serán escuchados, porque existirá un entendimiento
perfecto en el amor y en la fe con Cristo, con el que serán casi una sola cosa.
Más aún, serán escuchados porque son amados por el mismo Padre a causa de su fe
en el misterio de la encarnación del Hijo (vv. 26s). La Palabra de Jesús es una
palabra de vida que merece ser custodiada en el corazón.
CLAVES
para la VIDA
- En la reflexión que nos ofrece el “discípulo amado”, Jesús
sigue profundizando tanto en su relación con el Padre como en la consecuencia
que esta unión tiene para sus seguidores: esta vez respecto a su oración. Ahora que Jesús “vuelve al Padre”,
que es el que le envió al mundo, les promete a sus discípulos que la ORACIÓN que dirijan la Padre en su nombre, será
eficaz, dado que el Padre y Él están íntimamente unidos.
- Pero es que, además, los mismos seguidores de Jesús,
al estar unidos a Jesús, también lo están al Padre, puesto que el mismo Padre
les ama, porque han aceptado a Cristo. Por
eso, su oración no puede no ser escuchada “para que su
alegría sea completa” (v. 24), y es que el discípulo queda
“incardinado” en su viaje de vuelta al Padre, puesto que la unión con el
Mediador, es -en definitiva- unión con el Padre.
- ¡Hermosa y sugerente reflexión del “discípulo amado”
en su comprensión y exposición de la intimidad de Jesús! Es la NUEVA
condición que cambia todas las cosas. Aquí se me invita a vivir una NUEVA
relación, especial y estrecha con el Padre, una NUEVA espiritualidad, como
corresponde a esta situación que se crea en mi relación con Jesús y con el
Padre. ¿Cómo es mi (tu) relación con este misterio de intimidad que Jesús me
propone? ¿Soy, efectivamente, hijo y hermano o... “esclavo”? ¡Buena suerte, hermano/a!
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