sábado, 2 de noviembre de 2013


DOMINGO, día 3 de Noviembre              



 

 
 
 
 
Sabiduría 11, 22 – 12, 2

 
“… Te compadeces de todos, porque todo lo puedes, cierras los ojos a los pecados de los hombres, para que se arrepientan… Pero a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de la vida… Por eso, corriges poco a poco a los que caen. Les recuerdas su pecado y lo reprendes, para que se conviertan y crean en ti, Señor…”

 
CLAVES para la LECTURA

 
- En el interior del primer díptico, que representa el Éxodo como historia de la salvación e historia de condena simultáneamente, el autor del libro de la Sabiduría encuentra un espacio para esbozar el rostro de Dios, «amigo de la vida» (11, 26). Resulta sorprendente que este particular no haya sido insertado en la tabla del díptico que habla de la salvación de Israel, sino en la que representa la condena de los egipcios. Si éstos adoraban a los animales como dioses, Yahvé, casi respetando la ley del contrapaso, ha enviado contra ellos pequeños bichos para que les piquen y les molesten (11, 15ss; Ex 8, 1-2. 13-14. 20 y 10, 12-15). El autor se pregunta la razón de que envíe estos pequeños animalitos y no leones, osos o dragones, que los hubieran devorado de un solo bocado (11, 17-19). ¿Por qué Dios no ha acabado de inmediato la partida con Egipto? La respuesta es que a Dios le gusta perder tiempo con el pecador, ronda a su alrededor con su pedagogía, le hace sentir el escozor y la molestia del pecado, en vistas a engendrar en él el arrepentimiento y el deseo de emprender una vida más bella.

 - Para el sabio israelita, el hecho de que haya también otras naciones que siguen los pasos del pueblo elegido es síntoma de la bondad infinita de Dios. Hubiera podido barrerlas como granos de arena, pero Dios, «el señor de la fuerza, juzga con mansedumbre y gobierna con indulgencia» (12, 18). Su verdadera justicia consiste en encontrar una estrategia que le permita al pecador seguir en vida, mientras sea posible. Por consiguiente, si los enemigos de Israel todavía subsisten, es porque Dios es demasiado bueno y tiene también compasión de ellos. La reflexión sapiencial sobre los hechos del Éxodo le permite a Israel salir de su particularismo y darse cuenta de que el amor de Dios se extiende a todas las criaturas. ¿Se puede criticar esta justicia divina?

 
CLAVES para la VIDA

 

- El autor del libro de la Sabiduría reflexiona sobre unos hechos pasados de su pueblo y descubre en ellos la mano divina. Esta lectura se inserta dentro de una serie de “castigos” de Dios contra los egipcios, donde se destaca sobre todo la moderación de Dios al castigar, y es que si Dios se todopoderoso (y esto se descubre en toda la creación), a la vez es misericordioso y actúa en todo momento desde esta clave: desvía su mirada de los pecados de los hombres para darles tiempo a convertirse.


 - Aquí se encuentra el núcleo de todo el mensaje: el amor de Dios hacia los hombres y hacia las cosas, creándolas y manteniéndolas con vida por la fuerza de su mismo espíritu. Por eso, es un Dios “amigo de la vida” y ese espíritu habita en todas las criaturas. El universo entero aparece, pues, envuelto en la bondad amorosa de Dios, que lo ha traído a la existencia y la conserva. Esta misma actitud es la que vive Dios respecto de los pecadores.

 - Estas reflexiones del Sabio nos van preparando para entender a fondo el mensaje definitivo que nos ofrecerá el Evangelio de Jesús. Toda la creación está animada y sostenida por la fuerza del espíritu de ese Dios y somos invitados a ACOGERLO como el que es: “amigo de la vida”. ¡Cuántas cosas sugiere este “rostro” de Dios! Y… ¡cuántas veces, por desgracia, hemos deformado este rostro! La reflexión del Sabio debe llevarnos a acoger con gozo este anuncio que se va a manifestar plenamente en las obras y palabras de Jesús, amigo de los pecadores, a quienes anuncia la Buena Nueva de este Dios. Lo descubriremos en el evangelio de este día.

 
2 Tesalonicenses 1, 11 – 2, 2

 
“… Pedimos continuamente a Dios que os considere dignos de vuestra vocación, para que con su fuerza os permita cumplir buenos deseos y la tarea de la fe; y para que así Jesús nuestro Señor sea vuestra gloria y vosotros seáis la gloria de él… Os rogamos, a propósito de la última venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestro encuentro con él, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por supuestas revelaciones, dichos o cartas nuestras: como si afirmásemos que el día del Señor está encima…”

 
CLAVES para la LECTURA

 
- El fragmento contiene una oración (1, 11ss) y un ruego dirigido a los tesalonicenses (2, lss). La primera concluye la parte de la acción de gracias; la segunda abre la explicación del apóstol, contenida en la parte central de la carta.

 - Pablo ora para que, también en las fatigas y en las tribulaciones, pueda responder la Iglesia de Tesalónica a la llamada que le ha sido dirigida por medio de un apóstol y que Dios le renueva día a día. La comunidad está invitada a vivir en el orden concreto su pertenencia al señorío de Jesucristo y a traducir su fe en gestos animosos. Ya desde las primeras líneas de su carta, Pablo invita a los tesalonicenses a no huir de las fatigas del presente, por angosto y difícil que sea, y a no dejarse vencer por la tentación de evadirse fuera del tiempo, reclamando como inminente la venida del día del Señor. El nombre del Señor Jesús, que en el presente les procura molestias y penalizaciones, será glorificado sólo si el cristiano lo acepta como propio. La «glorificación del nombre» pasa por la cruz de la prueba y por tomar opciones de vida que cuestan.

 - En la oración pide que sea Dios el que favorezca la plena asimilación entre Cristo y el cristiano. Gracias a la complacencia de Dios, el deseo de bien que nace en el corazón del hombre produce frutos buenos, también gracias a Dios se traduce la fe en testimonio del Evangelio. El apóstol sabe bien que, sin la gracia de Dios, el camino de la comunidad de Tesalónica no llegará lejos.

 - Una comunidad tan joven, en la que Pablo sólo pudo pasar un breve tiempo, está expuesta además a la persecución y a las falsas doctrinas sobre el inminente retorno del Señor. La fuerza y la fascinación que ciertos discursos ejercen sobre los miembros de la comunidad son tan grandes que les hacen perder la cordura. Los instrumentos de persuasión son también múltiples: inspiración, discursos y cartas atribuidas falsamente a la autoridad del apóstol. Respecto a la parusía y a la reunión con Jesucristo, Pablo se ve obligado a repetir la enseñanza de la primera carta que envió a los cristianos de Tesalónica y a completarla a lo largo de esta segunda misiva.

 

CLAVES para la VIDA

 
- También aquellas primeras comunidades cristianas se ven obligadas a vivir en situaciones hostiles a su nueva realidad, de la que el apóstol ha sido portador singular: “manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido…”. Pero no resulta nada fácil. Y es que siempre “lo espectacular”, lo grandioso que conlleva la rumorología es una constante provocación, y fácilmente engañosa para distraerse y perder en fidelidad y autenticidad.

 - “Nuestro Dios os considera dignos de vuestra vocación” (v. 11): aquí radica el punto de partida de la nueva realidad, y es que el mismo Dios les ha convocado a la Nueva Familia en Jesucristo, el Señor. Es la GRATUIDAD por parte de Dios el origen de la nueva condición, de la que participa la comunidad de Tesalónica, pero que es necesario ir progresando y creciendo en la calidad de la vida de fe. El apóstol se muestra preocupado por esta situación.

 - No caer en el estancamiento; más bien, ir progresando y creciendo en la calidad de vida de fe… ¡es la llamada de esta carta del apóstol! Y con plena validez, también hoy y para mí. En esta “cultura” nuestra, se producen rumorologías de todo tipo, pero que especialmente nos invitan a lo espectacular, a lo maravilloso y mágico como la solución a las cuestiones vitales. Aquí vuelve a resonar esa propuesta a la constancia y a la fidelidad, a lo que hemos recibido como don gratuito y transformante de la realidad. Aquí estamos, hermano/a. ¿Cuál es tu actitud HABITUAL? ¿Milagritos, sí o no?

 

Evangelio: Lucas 19, 1-10

 
“... En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús... y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa...  Y dijo al Señor: Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más... Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido...”

 
CLAVES para la LECTURA

 
- El episodio de Zaqueo está casi calcado del precedente (el ciego de Jericó). También aquí se ve interrumpido un movimiento de Jesús (que atravesaba la ciudad) por la iniciativa de un hombre. Esta vez no se trata de un mendigo, sino de un rico publicano; sin embargo, es también un marginado (los publicanos eran despreciados), golpeado asimismo por una inferioridad física (era pequeño de estatura) y, sobre todo, necesitado también de redención. Zaqueo pasa de una curiosidad inicial (ver quién era Jesús: v. 3) a un movimiento (se subió a una higuera: v. 4), a la acción febril y alegre con la que recibió a Jesús en su casa (v. 6) y, por último, a la conversión y al cambio de vida (v. 8).

 - Jesús se detiene, pero en esta ocasión, en vez de una pregunta, dirige a Zaqueo una orden: «Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa» (v. 5). Zaqueo no pide ningún milagro, exteriormente no parece que se encuentre en ninguna necesidad; sin embargo, Jesús responde a su petición implícita, porque la atención y la premura con las que obra muestran ya el comienzo de la fe. La muchedumbre, con la murmuración en contra de Jesús (v. 7), sirve también aquí de contrapunto, pero no reacciona a la conversión de Zaqueo.

- También este episodio valora la iniciativa humana: el deseo de Zaqueo es algo más que una simple curiosidad: le impulsa a realizar un gesto impropio de un hombre conocido. El poder de Jesús se expresa con su simple presencia y con la palabra: llama a Zaqueo por su nombre (v. 5), y esto basta para suscitar en él la alegría (v. 6), el arrepentimiento y la reparación (v. 8); en pocas palabras, la vida nueva. Con Jesús ha entrado la salvación en casa de Zaqueo, y el mismo Jesús da testimonio de ello.

 
CLAVES para la VIDA

 
- Lucas, el evangelista de la misericordia y del perdón, es el único que nos ofrece el relato de Zaqueo, de sus deseos y búsquedas, de su Encuentro con Jesús y de su conversión y transformación total. También aquí nos volvemos a encontrar con un hombre cansado de su situación personal y de vida como recaudador de impuestos y vendido a los romanos. Y vuelve a surgir en él el deseo de otra cosa, y es que necesita de la salvación. “Se subió a una higuera” (v. 4) es la expresión de su deseo.

 - Nuevamente, Jesús, atento a los que le desean y quieren el don del que es portador su persona, es capaz de acercarse a Zaqueo, de proponerle “alojarme en tu casa”, de aceptar las disposiciones que presenta este pobre hombre a pesar de las murmuraciones de los “santones” y ofrecerle el don de la salvación. Y es que él se siente enviado a salvar lo que estaba perdido. Es su MISIÓN; por lo tanto, es la voluntad de Dios Padre para con nosotros. Las obras y palabras de Jesús revelan al Padre.

- ¡Cuántas veces he leído y reflexionado sobre este relato y cuánto me cuesta, más que entender, el ACEPTAR el proceder de Jesús y de Dios! ¡Qué complicado vivir en profundidad (no tanto teóricamente) su estilo, sus formas, su proximidad a cuantos le buscan, aunque sea mínimamente! ¡Que HOY llegue la salvación a mi vida y a mi corazón! ¡También a ti, hermano/a!

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