lunes, 7 de mayo de 2012


MARTES, día 8


Hechos de los Apóstoles 14, 19-28
“... Apedrearon a Pablo y lo arrastraron fuera de la ciudad dejándolo por muerto. Entonces lo rodearon los discípulos: él se levantó y volvió a la ciudad. Al día siguiente salió con Bernabé para Derbe... Animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe...”
 CLAVES para la LECTURA
- Tras otro peligrosísimo episodio de intolerancia, resuelto sin llegar al drama gracias a que «sus discípulos lo rodearon», Pablo -ahora protagonista, junto con Bernabé- toma el camino de vuelta y visita las comunidades recién fundadas. Se trata de una verdadera «visita pastoral», en la que ambos confortan a los fieles y ponen las bases de una organización eclesiástica, es decir, ponen las bases para la continuidad de las comunidades.
- Una continuidad garantizada por la conciencia del elevado coste del Reino de Dios: para entrar en el Reino de Dios «tenemos» que pasar por muchas tribulaciones. Una continuidad garantizada por la presencia de responsables que creen en el Señor y que han sido confiados a él. Los evangelizadores pasan; el Evangelio tiene que ser llevado continuamente adelante por nuevos evangelizadores y pastores.
- El viaje de vuelta está trazado a grandes rasgos, con rápidas pinceladas. Llegados a la Iglesia de donde habían partido, contaron los abundantes frutos de la misión, sobre todo la confirmación de que Dios «había abierto a los paganos la puerta de la fe» (v. 27). El camino hacia los paganos parece ahora irreversible, y en Antioquía, ciudad abierta a la misión universal, es algo que parece obvio y pacífico. Pero no sucede así en todos los sitios. La parte menos dinámica de la Iglesia madre no piensa del mismo modo. Este dato será precursor de nuevos nubarrones, aunque también de clarificaciones decisivas.
 CLAVES para la VIDA
- Nos encontramos ante una auténtica “visita pastoral” de Pablo y Bernabé a través de las Comunidades que han formado y que ahora organizan con vistas a crear una continuidad, de forma que el Evangelio sea anunciado. Y en este viaje, los apóstoles sienten en su propia carne el gozo por la acogida que ha tenido el Evangelio, pero también experimentan la violencia que provoca. Ellos no se dejan atemorizar; son incansables, y es que la Palabra de Dios no queda baldía ni es muda. Al menos en ellos.
- El “afianzamiento” de las Comunidades es otro de los datos que nos aporta este viaje. Tras la primera implantación, ahora es el momento de nombrar animadores y responsables de esas comunidades para que la fidelidad a Cristo y a su Evangelio pueda ser una realidad. También ellos “dan cuenta” del viaje que acaban de realizar: surge el sentido de comunidad, aquella comunidad que les había enviado y que ahora les vuelve a acoger con gozo. Elementos interesantes, sin duda alguna, de una acción evangelizadora, y también para nosotros.
- La gran lección que nos ofrecen estos relatos y estos personajes es su recia perseverancia, su fidelidad a Cristo y su decisión de seguir dando testimonio de Él en medio de las situaciones más variadas. En su vida se producen días de éxito y días de fracaso; pero ahí están, generosos y entregados hasta el límite. ¡Inmensa lección de generosidad y de celo por el anuncio del Evangelio! ¿Qué tal me siento en la tarea? ¿Qué me sugiere, hoy y aquí, el testimonio de Pablo y Bernabé?

Evangelio: Juan 14, 27-31a
“... La paz os dejo, mi paz os doy: no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde... Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo...”
 CLAVES para la LECTURA
- Este pasaje, con el que concluye el primer coloquio de Jesús con los suyos, es un fragmento compuesto, y contiene palabras de despedida y de consuelo por parte del Maestro, que deja su comunidad y vuelve al Padre. Jesús, al despedirse de los suyos, les desea la «paz», el shalôm, que es el conjunto de los bienes mesiánicos, un don que viene de Dios y que Jesús posee. El motivo del consuelo debe prevalecer sobre el temor y la inquietud: él, Jesús, es la paz.
- Por eso añade Jesús una exhortación a la alegría. Aunque estén tristes por el alejamiento y el temor de quedarse solos, la separación de los discípulos respecto a Jesús es el paso hacia un bien mejor. Jesús va al Padre «porque el Padre es mayor» que él, es la plenitud de su gloria (v. 28). Ahora bien, la vuelta del Hijo al Padre está unida de manera inseparable al escándalo de la cruz. Jesús, con las predicciones que les ha hecho sobre su próxima muerte, no sólo pretende sostener la fe de los discípulos en el momento de la pasión, sino que quiere mostrar que los hechos que van a tener lugar forman parte del proyecto de Dios. En consecuencia, los suyos no deberán desanimarse: la fe será su fuerza y su único consuelo.
- El tiempo terreno del Maestro está ahora a punto de concluir, le quedan pocos momentos para conversar aún con sus discípulos, «porque se acerca el príncipe de este mundo» (v. 30). Aunque se acerca Satanás, no tiene ningún poder sobre Jesús. Éste no tiene pecado y Satanás no tiene posibilidad de atacarle. La vida de Jesús está bajo el signo de la voluntad del Padre y se entrega libremente a la muerte en la cruz para que el hombre conozca la verdad.
 CLAVES para la VIDA
- En este contexto de despedida de Jesús con los suyos, él les ofrece ese don mesiánico que es la PAZ, la que nace de él mismo, la que hunde sus raíces en la unión íntima que tiene con su Padre. Una vez más se nos recuerda que toda la vida de Jesús está bajo el signo y la sombra de la voluntad del Padre, e incluso se entrega voluntariamente por fidelidad a los planes de salvación del Padre. Aquí está la razón por la que no es posible la cobardía, ya que la voluntad del Padre es la misión que ilumina todas las sombras.
- Incluso, se nos ofrece una invitación a la alegría, puesto que todo adquiere plenitud en esa vuelta de Jesús al Padre, al Encuentro total. Y eso, aunque el camino suponga cruz y entrega, el escándalo de la Cruz. Pero Jesús asume que esa realización del proyecto del Padre es lo mejor que puede acontecer. De ahí que previene a los suyos para que no se dejen dominar por las apariencias y vayan hasta el fondo donde podrán descubrir toda la fuerza de su identificación con el Padre.
- Siguen siendo sugerentes estos caminos que se nos proponen en esta reflexión de despedida de Jesús: lo primero, es el Padre; cumplir su misión es lo más grande que puede suceder; y eso aunque suponga entrega y donación; ahí está la fuente de la alegría. Aquí nace la PAZ que Jesús ofrece, la que en él mismo surge como consecuencia de vivir plenamente identificado con el querer del Padre. ¡Nos quedan “lecciones” que aprender!…

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