MIÉRCOLES,
día 4
“... Buscad el bien y no el mal, y viviréis, y así estará con
vosotros el Señor Dios de los ejércitos, como deseáis. Odiad el mal, amad el
bien, defended la justicia en el tribunal. Quizá se apiade el Señor, Dios de
los ejércitos, de los supervivientes de José...”
CLAVES para la LECTURA
- Lo mismo que la
elección y sus privilegios eran condicionales, así también ahora el merecido
juicio condenatorio de Yahvé para con Israel está condicionado a su respuesta.
Les está hablando por su profeta, les advierte del gran peligro que corren de
continuar obstinados en su malicia... pero «si buscan al
Señor, vivirán» (5, 6).- La primera parte de esta lectura (14-15) es la explanación concreta del principio enunciado. Buscar a Dios es, no se puede decir con más sencillez respetando sus conciencias, «odiar al mal, amar el bien y defender la justicia en el tribunal». Parece un preludio de la doctrina de Cristo cuando sintetice Antiguo y Nuevo Testamento en la ley del amor a Dios y al prójimo. Para ellos la razón de aquel «viviréis» estaba en que «Dios estará con vosotros», porque es la presencia vivificante de Yahvé el principio de toda existencia. Si buscan a Dios, si viven... «quizá... se apiade de los supervivientes de José». Es el «quizá» que hace de la salvación una obra exclusiva de Yahvé. Esta última expresión, «supervivientes», es el término técnico para representar el «resto».
- Una nueva objeción nació por parte del auditorio. ¿Es que no cuenta ante Yahvé la pomposidad del culto que le ofrecemos? La respuesta es tajante: «detesto y rehuso... no quiero... no aceptaré... retirad... no quiero». Así hablaba Yahvé por su profeta emitiendo el juicio valorativo sobre todo aquel culto litúrgico. Repulsión total. No porque fuera malo en sí, lo prescribía
- La verdadera exigencia de Yahvé, la verdadera religión es «el juicio y la justicia fluyendo como arroyo perenne», es el amor al prójimo sin el cual no puede existir el amor a Dios, ni, en consecuencia, la más elemental religión. El juicio, la justicia, la justificación son términos pregnantes de contenido en el Antiguo Testamento y que suponen toda una postura hacia Dios y los hombres. Ésta es la auténtica y única religión de ayer, de hoy y de siempre.
CLAVES para la VIDA
-
El profeta Amós, el “campesino de ojos abiertos”, no duda en denunciar el culto
vacío de Israel, aquella liturgia que no agrada a Dios, porque no va acompañada
de buenas obras. Esto es, no es posible separar el culto a Dios y el respeto
hacia los demás, lo que exige la justicia. Si se obra así, es pura hipocresía y
mentira que no produce más que autoengaño. Es la denuncia del profeta.
- “Haced que el derecho fluya como agua y la justicia como río
inagotable” (v. 24): ésta es la propuesta del Dios, defensor de
los más débiles. Si esto no se da, el resto es inútil y baldío. Amós, el
profeta de la justicia social, a la sociedad de aquel tiempo (y de todos los
tiempos) nos presenta este proceder de Dios. No hay posibilidad de escaparse
con el “ruido de vuestros cánticos”
(v. 23). Es un mensaje claro y nítido.
-
Un mensaje válido, hoy, para nosotros, éste que el profeta anuncia para
entonces y para siempre: si pensamos que podemos engañar a Dios, estamos
equivocados. Pero... ¡cuánto peligro de ello existe en nuestra vida! Casi
inconscientemente, un culto “tranquilizador” forma parte de nuestra historia
personal y comunitaria. No verlo es estar ciegos; no trabajarlo es caer en la
misma trampa que Israel. O... ¿no?
Evangelio: Mateo 8, 28-34
“... Desde el cementerio dos
endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a
transitar por aquel camino. Y le dijeron a gritos: ¿Qué quieres de nosotros,
Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo? Una gran piara de
cerdos a distancia estaba hozando. Los demonios le rogaron: Si nos echas,
mándanos a la piara. Jesús les dijo: Id...”
CLAVES para la LECTURA
- Jesús atraviesa el
lago de Tiberíades y desembarca en el territorio pagano de la Decápolis. En unos
pocos versículos -a diferencia de la extensa descripción de Marcos- el
evangelista Mateo bosqueja no tanto una curación, como una demostración de
autoridad y de poder por parte de Jesús, que libera del sometimiento del
demonio a dos hombres dominados por espíritus inmundos.
- Los endemoniados
salen al encuentro de Jesús, y los demonios, que los poseen, gritan su fe en él
como «Hijo de Dios» y, al mismo tiempo, su rabia porque se atreve a desafiarles
entrando en su territorio («Has venido aquí»: v. 29), poniendo fin a su indiscutible
dominio sobre el hombre: en efecto, con Jesús se ha cumplido el tiempo (Mc 1,
15) de la derrota del enemigo.
- El exorcismo de
Jesús manifiesta su espectacular poder. En efecto, con una sola palabra («Id») consiente el deseo de los demonios,
expulsados del cuerpo de los hombres, de refugiarse en los cerdos -animales
considerados impuros y, por consiguiente, no criados por los judíos-, que
formaban una piara muy numerosa. Esta concesión es sólo el preludio para que
éstos se precipiten de cabeza en el mar, símbolo del mal, y se ahoguen en él.
- El poder de Cristo
es absoluto, pero no se impone por la fuerza. Los habitantes de la ciudad salen
también al encuentro de Jesús, pero, frente al temor de nuevas pérdidas
económicas, prefieren alejar al Nazareno (v. 34).
CLAVES para la VIDA
-
Un relato cargado de datos que acumulan todos los grados del mal: país pagano,
posesión diabólica, cementerios como lugar de muerte, traspase de los demonios
a los cerdos, animales inmundos por excelencia en aquella cultura, y todo ello
para recalcar el poder de Jesús, que es superior al mal. Seguramente la
intuición del evangelista nos oriente en ese sentido para que descubramos que
vence el mal y, además, eficazmente. ¡Mensaje claro!
- Y
es que el evangelista Mateo nos muestra la lucha que Jesús mantiene contra el
mal, ya que el proyecto de Dios camina por esos derroteros. La Buena Noticia del
Reino se enfrenta a todo mal, tenga el nombre que tenga, sean demonios, o
enfermedades, o marginación, o... La tarea es hacer presente el amor del Padre
para que la vida tenga más fuerza que el mal.
-
Sentirme liberado del mal por la presencia de Jesús y de su acción y, desde
esta nueva condición, empeñarme en liberar a los demás de sus males... es la
hermosa y sugerente invitación del mensaje de este texto evangélico, hoy y para
mí. Esa vida que Jesús me ofrece y me da, transmitirla a los demás, para que
vivan más gozosamente. ¿Qué estoy dispuesto a hacer por compartir con Él esta
tarea? ¿Cómo lo voy a vivir y expresar hoy? ¿Con quién?..
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